"En la sabiduría antigua, en la que el microcosmos y el macrocosmos se reflejan en las correspondencias entre psicología y astrología, entre humores, temperamentos, planetas, constelaciones, el estatuto de Mercurio és el más indefinido y oscilante. Pero, según la opinión más difundida, el temperamento influido por Mercurio, inclinado a los intercambios, a los comercios, a la habilidad, se contrapone al temperamento influido por Saturno, melancólico, contemplativo, solitario. Desde la Antigüedad se considera que el temperaturo saturnino es justamente el de los artistas, los poetas, los pensadores, y me parece que esta caracterización corresponde a la verdad. Desde luego, la literatura nunca hubiese existido si una parte de los seres humanos no tuviera una tendencia a una fuerte introversión, a un descontento con el mundo tal como es, al olvido de las horas y los días, fija la mirada en la inmovilidad de las palabras mudas. Mi carácter corresponde ciertamente a las peculiaridades tradicionales de la categoría a la que pertenezco: también yo he sido siempre un saturnino, cualquiera que fuese la máscara que tratara de ponerme. Mi culto a Mercurio corresponde quizás sólo a una aspiración, a un querer ser: soy un saturnino que sueña con ser mercurial, y todo lo que escribo está marcado por estas dos tensiones".
Seis propuestas para el próximo milenio, traducció d'Aurora Fernández, Ediciones Siruela, 1989
3 comentaris:
Sempre és interessant saber d'on ens ve la dèria d'escriure. Saturn! Ves per on!
Jo que sóc capricorni sempre m'han dit que el meu planeta era Saturn. Hi estic fiocada fins al coll, doncs.
Hola Carme
Jo això de l'astrologia no ho acabo de veure clar, però de "melancòlica, contemplativa i solitària" en sóc un munt...
Ni jo tampoc, no m'ho he cregut mai, això de l'astrologia, però la coincidència d e Saturn, m'ha fet gràcia.
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